Tu ordenador portátil se ha mojado y ahora mismo se te comen los demonios por dentro, ¿te suena esta historia?
Una triste historia.
Volvamos al inicio… ‹Dramatización›
Un día más en tu ajetreada vida, te levantas temprano, haces tu deporte favorito, ducha, ropa cómoda para tele trabajar mientras te preparas mentalmente para empezar tu jornada. Te sirves una taza de café o té, la cual posas junto a tu ordenador para empezar revisando correos, organizando tareas y planificando las reuniones. Una mañana habitual en la oficina en casa. Suena tu teléfono, te sobresaltas por el zumbido que produce este al vibrar sobre la mesa. Es tu compañero de trabajo. ¿Recuerdas la guardia que se alargó ayer? Parece que tenemos un problema muy muy grave en producción. Un sudor frio recorre tu espalda. Todo el trabajo que hicisteis ayer pasa por tu mente en un microsegundo y comienzan las dudas. No vales para esto, no sabes hacerlo, no puedes solucionarlo. El síndrome del impostor se adueña de ti… Tras toda una mañana de estrés y pruebas, caes en la cuenta de que un punto y coma que cierra una línea está donde no debería estar. Recuerdas aquello de los ; y dices… No puede ser verdad. Alguien debería inventar ya algo para detectar eso, piensas. Lo modificas y genial!!! todo vuelve a funcionar.
La serotonina se adueña del momento y lo celebras con un trago del té/café que preparaste hace horas. Pero puagg… esta helado, después de tanto tiempo tal vez es el momento de preparar otro. Lo dejas sobre tu mesa, con tan mala pata que se derrama sobre tu ordenador personal. Ohhhh demonios!!! empiezas a sacar servilletas como si no hubiera un mañana con el propósito secar el estropicio pero, ha llegado muy lejos…
Intentas encender el equipo de nuevo pero…. no… no responde. Tierra trágame… ¿y ahora qué?.
¿Cómo actuar ante una situación similar?
Aunque es obvio que un derrame de líquidos sobre tu equipo es la antesala de un fallo grave en él, todos tenemos la tentación como humanos a secar y limpiar el estropicio con la esperanza que el líquido no haya adentrado en el corazón de la máquina. Es posible que esto no suceda y se quede en algo superficial, pero si consideras que puede haber llegado, lo más eficiente es no hacer nada. Es decir, desconectamos el equipo de las fuentes de energía, cargador y batería, si es posible y acto seguido limpiamos exteriormente con un paño húmedo y nunca tirando más líquidos sobre él. Lo recomendable en una situación así es realizar una revisión de los daños para corroborar que los líquidos no han llegado hasta su interior y de haber llegado, realizar una limpieza interna y analizar que las fuentes de alimentación que componen el equipo no han sufrido daños. Esto tan sencillo y que en apenas un par de horas puede estar realizado, es justamente lo que nadie hace. Todos consideramos que los daños no llegaron a interior y ahí es donde empiezan los problemas.
¿Qué suele ocurrir cuando no actuamos?
Los líquidos son auténticos expertos en adentrarse en los equipos por los lugares menos esperados. Es muy posible que lo seques, no presente aparentemente daños y funcione con normalidad. Pero créeme, es en su interior donde ha empezado una fiesta a la cual nadie fue invitado y que en cualquier momento va a ser catastrófica y digna de recordar. No vamos a entrar en la química que se produce, (si eres químico/química esperamos tu comentario al final de post para que nos lo expliques mejor) pero en resumen por alguna razón cuando juntas líquidos, metales, y corriente eléctrica, se produce una fiesta SteamPunk en la que se generan sulfatos. Digamos que internamente tu placa empieza a oxidarse y produciendo que los componentes terminen dañándose. Es ahí cuando el coste de lo que era una simple limpieza se dispara y la gran mayoría optan por cambiar por un equipo nuevo debido a que la reparación puede ser muy costosa y ademas sin la garantia de que todo quede al 100 perfecto, ya que los daños generados por ese “óxido” aunque limpiemos muy bien la zona podrían volver por zonas inesperadas.
Nuestra recomendación cuando un ordenador portátil se ha mojado desde la experiencia.
Te sorprendería la de veces que nos dicen… Nunca se ha mojado, o solo fueron unas gotas, nada de importancia. El echo, es que cada vez que nos entra un equipo mojado o con síntomas de que podría deberse a ello, nuestra manera de actuar es muy simple. Primero hacemos una primera inspección visual para valorar los daños y acto seguido limpiamos a conciencia la zona, tanto mecánicamente como por ultrasonidos, para no dejar ningún resto de líquidos ni sulfatos en el equipo. Seguidamente toca valorar si hay daños, si hemos llegado a tiempo al equipo, aproximadamente durante las primeras semanas del incidente, no suelen aparecer componentes dañados a no ser que se intentara encender tras la inundación. Algo que sucede más de lo que nos gustaría. Una vez limpio, revisados sus componentes y funcionamiento, podemos decir que le dimos una segunda oportunidad.
Todo lo que podía salir mal se te ocurrió y lo hiciste.
Si en tu caso decidiste secar tu ordenador portátil mojado con un secador, o decidiste que no había riesgo de que entrara liquido o mejor… lo pusiste en arroz por que te dijeron o leíste que este quitaría la humedad. En ese caso estamos en una ruleta donde puede que si, o puede que no, sea como sea, puedes consultar con nosotros como podemos proceder para intentar darle una segunda vida o recuperar ese equipo para que vuelva a funcionar.
¿Ha llegado el momento de repararlo?
Te ayudaremos a tomar la mejor decisión.
Los equipos se reparan siguiendo escrupulosamente su orden de llegada. Es posible que en ocasiones debido a una fuerte demanda tardemos más de lo esperado en facilitarte un código de recepción. Disculpa si este es tu caso, recuerda que nunca debes enviar tu equipo sin código de recepción, ya que será devuelto automáticamente a su remitente.
Deja una respuesta