Como muy bien sabéis, Apple se resistía al USB-C como quien no quiere cambiar el barbero de toda la vida. Pero llegó Europa y dijo: “O todos con el mismo cable, o ninguno”. Y claro, los iPhone 15 y 16 ya tienen su flamante puerto USB-C. Todos felices… hasta que aparece un hacker con cara de “te lo dije” 😏 y suelta que ese puerto no es tan inocente como parece.
El problemilla del nuevo puerto.
Un experto en seguridad, Thomas Roth, presentó en un congreso de hackers que el puerto USB-C del iPhone podría servir para algo más: extraer el firmware interno del teléfono.
En cristiano: el firmware es como el “manual secreto” que le dice al iPhone cómo comportarse. Y el USB-C abre una puerta que, con técnicas muy avanzadas, permitiría sacar una copia de ese manual.
Pero… ¿cómo funciona ese truco?
Imagina que el USB-C es la cerradura de tu casa. Normalmente, solo metes tu llave (el cable de carga) y ya.
Lo que han descubierto los investigadores es que, con herramientas muy especializadas, se puede “escuchar” las pequeñas diferencias eléctricas que se producen al usar el puerto. Es como si un ladrón afinadísimo pudiera oír los clics internos de tu cerradura para sacar una copia de la llave.
Con esa copia (el firmware), en el futuro podrían buscar fallos o diseñar ataques a medida. Hoy es dificilísimo y carísimo de hacer, pero la posibilidad está ahí.
¿Tengo que asustarme ya?
Tranquilo. Hoy por hoy es un fallo más teórico que real, el proceso es tan complicado que pocos pueden aprovecharlo. Apple, de hecho, ha decidido no moverse todavía porque explotarlo es más difícil que enseñarle a tu abuela a usar Tik-Tok. (Si lo intentaste sabrás de que te hablo)
Eso sí, no podemos descartar que en el futuro, alguien se ponga creativo y saque partido de esta vulnerabilidad.
Lo bueno (sí, lo hay).
Esta “fisura” también está ayudando a técnicos y especialistas a entender mejor cómo funcionan las tripas del iPhone. Y eso significa reparaciones más fáciles, más baratas y menos monopolio de Apple. Vamos, que el USB-C puede ser un arma de doble filo: para hackers… o para gente como nosotros que queremos arreglarte el móvil sin hacerte vender un riñón.
El consejo de Letsfix para no perder el sueño con esto.
- Usa cables originales o de marcas fiables. El cable de 2 € del bazar puede salir caro.
- Evita puertos USB públicos: esos cargadores en aeropuertos y hoteles pueden ser “USB-C o USB-trampa”.
- Mantén el iPhone siempre actualizado. Las actualizaciones no son un capricho, son un cinturón de seguridad digital.
- Si un cable “raro” aparece en tu vida… mejor que desaparezca de ella.
Y ojo: con iOS 18, Apple ha puesto un parche simpático. Ahora puedes configurar que al conectar un USB-C, el iPhone solo cargue y no permita transferencia de datos sin tu permiso. Una especie de “sí, dame batería, pero no me toques el carrete de fotos”.

Resumen a lo Letsfix.
- USB-C mola porque es universal.
- USB-C da un poco de miedo porque tiene una puerta trasera.
- Hoy no hay peligro real, pero es un recordatorio de que ningún sistema es 100% invencible.
- La moraleja: cuida tus cables como cuidas tu iPhone. (Ya sabes nunca lo metas en el agua aunque digan que es IP67)